Merengue

Tanto Haití como República Dominicana reclaman el merengue como propio. Según la tradición haitiana, un gobernante anterior de su país tenía un hijo cojo al que le gustaba bailar. Para que este amado príncipe no se sintiera cohibido por su aflicción, todo el pueblo se puso a bailar como si todos fueran cojos. La versión dominicana es que la danza se originó en una fiesta que se dio para honrar a un héroe de guerra que regresaba. Cuando el valiente guerrero se levantó para bailar, cojeó de su pierna izquierda herida. En lugar de hacerlo sentir cohibido, todos los hombres presentes favorecieron su pierna izquierda mientras bailaban.

En ambos países durante muchas generaciones, el merengue se enseñó y bailó teniendo en cuenta estas historias de fondo. Cuando las parejas se levantaban para bailar el merengue, el hombre favorecía su pierna izquierda y la dama favorecía su pierna derecha; mientras flexionan las rodillas un poco más de lo habitual y al mismo tiempo inclinan ligeramente el cuerpo hacia el mismo lado. Tanto los haitianos como los dominicanos se refieren al merengue como su "danza del canto"; esto es comprensible si se considera el estimulante brillo del ritmo entrecortado. El merengue se baila en el lugar con música latina.

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